▷ Usted, Sr. Einstein… ¿Crees en Dios?

Cuando Albert Einstein daba conferencias en numerosas universidades de Estados Unidos, la pregunta recurrente de los estudiantes era:

«Usted, Sr. Einstein… ¿Crees en Dios?»

Siempre respondía:» – Pienso en el Dios de Spinoza. «

Solamente los que habían leído a Spinoza lo entendían

Spinoza se había pasado la vida estudiando los libros sagrados y la filosofía, y un día escribió: «No sé si Dios habló realmente, pero si lo hiciera, esto es lo que considero que le diría al creyente: ¡deja de rezar y de golpearte el pecho!

Lo que quiero que hagas, si estás en el mundo, es que disfrutes de tu mundo. La vida.

Quiero que te quieras, quiero que cantes, quiero que te eduques…. Quiero que disfrutes de todo lo que he hecho por ti.

Dejad de entrar en estos oscuros y fríos templos que os habéis construido y que decís que son mi hogar.

Mi hogar está en las montañas, en el bosque, en los ríos, en los lagos. Donde vivo contigo y donde expreso mi amor. A ti.

Deja de acusarme de tu miserable vida, nunca he dicho que haya algo malo en ti, que seas un pecador, que tu sexualidad o tu alegría sean algo malo.

Al, pero no me culpes de todo lo que te han hecho creer.

Dejar de recibir lecturas sagradas que no tienen nada que ver conmigo

Si no puedes leerme al amanecer, en un paisaje, en los ojos de tu amigo, de tu mujer, de tu hombre, en los ojos de tu hijo….

¡No me encontrarás en un libro!

Asustarte.

No te juzgo, no te critico, no te enfado y no te castigo.

Soy puro amor… Te he llenado de pasiones, límites, placeres, sentimientos, necesidades, incoherencias… y te he dado libremente….

¿Cómo puedo culparte por responder a algo que te puse?

¿Cómo puedo castigarte por hacerte lo que eres si soy yo quien lo hace?

¿Realmente crees que podría crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se portan mal, por el resto de la eternidad?

¿Qué clase de Dios podría hacer algo así?

Si lo hiciera, no lo haría. No pensaría en ser venerado.

Si sólo quisiera ser venerado, poblaría la tierra que los perros… respeta tu propio gusto y no hagas lo que no quieres para ti.

Únicamente te pido que prestes atención a tu vida, que tu Guía sea tu guía.

Tú y la naturaleza formáis una sola entidad… así que no lo hagas, no creo que tengas poder sobre ella.

Tú eres parte de ella.

Cuida de ella y ella cuidará de ti. Pongo y hago accesible todo lo que es bueno para ti y dificulto el acceso a lo que no está.

No pongas tu genio en buscar lo que es malo para este equilibrio.

Para que mantengas este equilibrio intacto.

La naturaleza lo sabe: ¡consérvala, pero no la molestes!

Eres absolutamente libre.

Eres absolutamente libre de crear un cielo o un infierno en tu vida

No puedo decirte si hay algo después de esta vida, pero puedo darte un consejo: deja de creer en mí. Así, creer es suponer, adivinar, imaginar.

No quiero que creas en mí, quiero que sientas en ti.

Quiero que te sientas tú mismo. Cuida a tus ovejas, cuando limites a tu hijo, cuando acaricies a tu perro, cuando espadas en el río…

¡Expresa tu alegría y tu costumbre de tomar lo que necesitas!

¿Quién era Spinoza?

Hay poco sobre Debaruch Spinoza. Fue un importante filósofo del siglo XVII. ¿Pero quién podría animar a Einstein a creer en el Dios de Spinoza?

Obviamente, Einstein no desperdició a Spinoza. Einstein era un hombre culto y fascinante.

Era famoso por su coeficiente intelectual, pero no sólo eso. Se decía que era un hombre muy espiritual con un espíritu despierto, un erudito algo loco, pero un genio muy racional y breve en todo su esplendor. Su presencia en la sociedad era muy valorada.

Spinoza procedía de una familia judía que vivía en España durante el periodo de la Inquisición.

Crecer, madurar y construir en un entorno así no debe haber sido fácil. Esto explica, entre otras cosas, lo que llevó a Spinoza a dedicar gran parte de su vida al estudio de los libros sagrados y la filosofía.